Este símbolo representa al Imperio Otomano. Fue usado por Suleimán El Magnífico, sultán otomano(1494-1566). Figura en todas las monedas de aquella época además de los palacios y cartas de los sultanes durante el Imperio.
También se le atribuyen distintas traducciones como la de “Allah te protege de los enemigos” y “El profeta Muhammed (Mahoma) es amado por Allah”.Es usado para protección o sólo en conmemoración del Imperio Otomano. El Imperio Otomano o Imperio Turco que duró desde 1299 hasta 1923 también conocido como Imperio Turco Otomano, nombre deriva de su fundador, el guerrero musulmán turco Osmán (o Utmán I Gazi), que estableció la dinastía que rigió el Imperio durante su historia (también llamada dinastía Osmanlí).fue un estado multiétnico y multiconfesional.
Era conocido como el Imperio Turco o Turquía por sus contemporáneos. Fue sucedido por la República de Turquía, que fue oficialmente proclamada el 23 de octubre de 1923.
En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII abarcó tres continentes, desde Hungría al norte hasta Adén al sur, y desde Argelia al oeste, hasta la frontera iraní al este, aunque su centro de poder se encontraba en la región de la actual Turquía. A través del Estado vasallo del kanato de Crimea, el poder otomano también se expandió por Ucrania y por el sur de Rusia. El Imperio Otomano poseía 29 provincias y Moldavia, Transilvania y Valaquia eran estados vasallos
El imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste por más de seis siglos. Sus relaciones internacionales siempre estuvieron influenciadas por su ubicación geográfica. Con Constantinopla como su ciudad capital y el territorio que bajo Solimán el Magnífico se conquistó correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande 1000 años antes, el Imperio Otomano era, en muchos aspectos, el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos.
Numerosos rasgos y tradiciones culturales de éstos (en campos como la arquitectura, la cocina, el ocio y el gobierno) fueron adoptados por los otomanos, que los elaboraron en nuevas formas. Estos rasgos culturales más tarde fueron mezclados con las características de los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de los territorios otomanos, creando una nueva y particular identidad cultural otomana.